Desde su fundación en 1951, Grupos de Familia Al-Anon ha publicado más de 100 libros y folletos que comparten un único propósito: ayudar a los familiares y amigos a recuperarse de los efectos de la bebida de otra persona. Esta literatura complementa las reuniones presenciales de Al-Anon donde los miembros comparten sus puntos de vista y experiencias mutuamente. La misma es tan sólo uno de los instrumentos del programa de Al-Anon.
Estos Doce Pasos, adaptados casi palabra por palabra de los Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos, han sido un instrumento para el crecimiento espiritual de millones de miembros de Al‑Anon y Alateen. En las reuniones, los miembros de Al‑Anon/Alateen comparten mutuamente las lecciones espirituales que han aprendido al practicar estos Pasos.
A diferencia de algunos principios y prácticas de Al-Anon cuyo aprendizaje y aplicación llevan un cierto tiempo, los lemas de Al-Anon son fáciles de aprender y recordar. Quizás los hayan escuchado cientos de veces antes sin tomarlos seriamente o ponerlos en práctica. Después de todo, son frases estereotipadas que se descartan con facilidad; pero es su simpleza lo que los hace tan poderosos.
Suelta las riendas y entrégaselas a Dios:Nos recuerda que necesitamos la ayuda de un Poder Superior en todo momento. Nos enseña a librarnos de los problemas que nos preocupan y desconciertan porque no es posible resolverlos solos.
Hazlo con calma:Nos recuerda suavemente que realizamos más si no obtenemos las soluciones por la fuerza. Lleva tiempo mejorar nuestra propia actitud y estado de ánimo. La prisa y la impaciencia sólo pueden frustrar nuestros propósitos.
Vive y deja vivir:Nos libra de la inclinación irresistible a criticar, juzgar, censurar y desquitarnos. Aunque nos damos cuenta de que éstas son reacciones humanas naturales, aprendemos que la hostilidad que las sustenta nos puede perjudicar mucho más a nosotros que a aquellos contra quienes utilizamos dichas armas. Al-Anon nos enseña la tolerancia arraigada en el amor.
Primero las cosas más importantes:Es el lema que puede poner en orden nuestra vida haciendo que nos detengamos brevemente y pensemos: ¿Qué es de más importancia para mi? ¿Qué debo hacer en primer lugar, segundo, en tercer lugar? Esto nos abstiene de la acción impulsiva, aquieta el pensamiento ofuscado y nos conduce a una manera ordenada de vivir.
Pensar:Disciplino mi mente tratando de concentrarme en una cosa a la vez. Durante la etapa activa, mi costumbre era tener pensamientos aturdidos y rápidos e interrumpía éstos con pánico y sin sentido. Ahora sé que soy responsable de mis pensamientos, que el temor se interpone en mi camino si dejo que éstos surjan de forma desordenada.
(Del folleto ¿Qué es Al-Anon? Pág. 8)